El Barón Samedi

De Tempus Belli
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Es el espíritu que encarna la muerte en el plano y el campamento de Aldebarán.

A menudo se le describe portando un sombrero de copa, traje de chaqueta negro con chaleco, pañuelo y bastón. Tiene la cara pintada de blanco como una calavera o directamente un cráneo sin carne formando su cabeza y habla con voz nasal. Le gusta fumar, beber, el juego y el tarot.

Lo consideran un juez sabio y un mago de gran alcance. Como todas las muertes, es un ser inmortal y de un poder incomprensible para los mortales. Busca distraerse jugando con los mortales, tentándolos a hacer tratos y pactos excéntricos. Cada muerte tiene sus diferencias y sus peculiaridades. En este caso, el barón puede con tan solo verte saber cuales son tus deseos o manipular tus pensamientos para que veas cosas diferentes a la realidad (como que tus amigos son tus enemigos más mortales).

Se le rinde culto haciendo ofrendas de ron y tabaco en tumbas y altares improvisados para pedirle favores y tratos.

Al igual que los custodes y la demás muertes, no puede interferir en las luchas ni manipular el juego del Tempus Belli para favorecer a su campamento.

Su existencia se basa en que cumpla estos cometidos:

  • Recoger las almas de los elegidos por Aldebaran y llevarlas hasta el plano de este custode usando su magia de portales cuando a ese humano le llegue su hora en la tierra, ni antes ni después.
  • Vigilar los planos solucionando los fallos y problemas que amenacen el equilibrio del cosmos y la creación de los custodes, como grietas entre planos o que se cuele desde el limbo a Aster algo que no debería salir jamás de allí.
  • Limpiar de depredadores de almas los caminos más directos desde el Limbo hasta Aster, creando una ruta bastante segura en comparación con el resto de la colosal maraña de cruces , pasadizos y caminos que es el Limbo.


Tiene muy buenos amigos en el más allá.